Windows:
Microsoft es el gigante informático que produce y comercializa Windows,
el sistema operativo que usa el 90% de los ordenadores personales de
todo el mundo (su última versión es Windows XP). Su precio ronda los
120 euros y muchas veces se incluye en el precio del propio ordenador
(que ronda los 1.200 euros).
Al igual que un turismo sirve
para moverse por casi todo tipo de carreteras, Windows es el estándar
de facto que cubre la gran mayoría de necesidades del usuario medio. Ya
sea para escribir documentos, navegar por Internet, escuch
ar
música, ver películas, retocar fotografías digitales o disfrutar de los
últimos juegos, Windows es fácil de usar y configurar, sin necesidad de
poseer conocimientos informáticos avanzados. Además, la práctica
totalidad de los programas que se comercializan disponen de una versión
para Windows. Sin embargo, Windows tiene fama de ser inestable, ya que
los bloqueos y cuelgues son frecuentes (sobre todo en versiones
anteriores a XP). Su seguridad también deja mucho que desear, pues
existen multitud de virus que aprovechan fallos del sistema para
infectar el PC, como, por ejemplo, el virus Sasser o el más dañino
Chernobyl.
Linux:
Es el sistema preferido por muchos de los profesionales de la informática y de Internet. Como si de un 4x4 se tratase, ofrece
potencia, estabilidad,
seguridad contra virus y sirve para realizar cualquier trabajo.
Linux es un sistema operativo
libre y gratuito, pero es algo más dificil de usar
Por contra, al igual que un todo terreno, peca de falta de comodidad,
no es tan fácil de usar como los otros dos y se necesitan conocimientos
técnicos para realizar algunas tareas. Aún así, sus últimas versiones
son bastante más amigables, por lo que ha empezado a calar entre
algunos usuarios domésticos y ofimáticos (uso del ordenador en
ambientes de oficina).
La colección de programas disponibles
en algunas áreas (como los juegos o las aplicaciones multimedia) es aún
escasa o de poca calidad, aunque
mejora día a día. A la hora de
instalar nuevos periféricos, el proceso también se complica: mientras
que en Windows y Mac OS es casi automático, en Linux suele ser
necesario realizar alguna configuración manual.
Linux es un
sistema un tanto 'romántico', pues ha sido desarrollado voluntariamente
por programadores de todo el mundo. De ahí que sea libre (libertad
total para ver y modificar las 'entrañas' del sistema) y gratuito
(puede descargarse de Internet, copiárselo a un amigo o adquirirse en
formato CD por unos 30 euros).
Mac OS:
Mac OS es considerado por muchos expertos el sistema operativo más
sencillo de utilizar, más innovador y de estética más cuidada. Al igual
que un coche deportivo, conjuga elegancia con altas prestaciones,
permitiendo a la vez rodar por casi cualquier tipo de carretera. Es un
sistema muy fácil de usar y que siempre ha alardeado de que hasta un
niño puede utilizarlo sin dificultades (sus ratones tienen un único
botón, en vez de dos, para no confundir al usuario).
Su
última versión, Mac OS X, es radicalmente distinta a las anteriores.
Con ella ha ganado en estabilidad, seguridad y ausencia de virus. El
número de programas disponibles para esta plataforma (sobre todo,
juegos) sigue sin ser tan alto como el de Microsoft, aunque cumple las
necesidades de cualquier usuario doméstico o profesional multimedia. Es
en el retoque, la producción y edición de música, fotografías y vídeos
donde este sistema tiene su punto fuerte. Apple Macintosh lo
comercializa al precio de unos 150 euros (es de pago y propietario).
Pero su mayor coste no está en la propia licencia de uso, sino en que
únicamente funciona en los ordenadores que fabrica la misma compañía. Y
estos ordenadores (de una calidad y diseño muy cuidados) no son
baratos: aunque hay modelos por debajo de 1.000 euros, es habitual que
cuesten más de 2.000 euros.